6 de diciembre de 2023

Salmo de protección para guardarse de todo mal y peligro

Dentro de la vida del ser humano, existen distintos grupos sociales o de culto, a los cuales se puede considerar perteneciente, como lo puede ser, por ejemplo, una religión, un conjunto de creencias a partir de las cuales el ser humano puede fortalecer su fe y su espíritu.

Con el paso de los años, algunas de estas han cambiado ciertas prácticas, mientras que otras nuevas han surgido durante el último tiempo. Sin embargo, es necesario destacar que a pesar de estos cambios, gran parte de estas continúan basándose en la devoción hacia un Dios y unas escrituras religiosas que plantean ciertos aspectos a tener en cuenta.

Entre las más reconocidas resaltan el catolicismo y el cristianismo, siendo estas dos las que poseen una enorme cantidad de practicantes a nivel mundial.

Ambas religiones se encuentran regidas a partir de la Biblia, escrituras donde se narran ciertas vivencias de Dios, con el fin de poder compartir su grandeza con más creyentes y seres humanos alrededor del mundo.

¿Qué son los salmos?

Dentro de estos libros canónicos, suelen encontrarse distintos rituales, actos u oraciones, a través de las cuales, se les puede demostrar devoción a varias figuras de culto, como por ejemplo, vírgenes o ángeles.

De la misma forma, entre estas, se pueden encontrar los salmos, composiciones a partir de las cuales se puede mostrar admiración o alabanza hacia la religión, con el fin de poder recibir de la misma manera distintos beneficios para la vida humana, especialmente en el desarrollo de la vida cotidiana del ser humano.

A partir de esto, es importante considerar que el ser humano tiene entre sus prioridades su protección general, frente a los distintos males o peligros que lo pueden rodear en su entorno, o en la vida espiritual, por lo que suele ser uno de los motivos por los cuales se ora con mayor asiduidad, fin para el cual suele resultar de gran utilidad el Salmo 31:1-5, presentado de la siguiente manera:

“En ti, Señor, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen; en tu justicia, líbrame. Inclina a mí tu oído y acude pronto a socorrerme. Sé tú mi roca protectora, la fortaleza de mi salvación. Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre. Líbrame de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi refugio. En tus manos encomiendo mi espíritu; líbrame, Señor, Dios de la verdad.”

De esta manera, se recomienda realizar este tipo de oraciones de manera diaria, siempre y cuando estas sean realizadas de manera honesta y con devoción, para que así se puedan cumplir los fines por los cuales han sido elaboradas.

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