México vive una interminable pesadilla inflacionaria que nos afecta a todos, ya que erosiona el poder adquisitivo de los ingresos y provoca que las tasas de interés se mantengan altas. Desde este espacio hemos comentado que la lucha contra la inflación, en el sentido de llevarla a la meta del Banco de México de un 3%, con un rango de fluctuación de +/- un punto porcentual, es casi una batalla perdida en tanto subsistan las condiciones macroeconómicas actuales que la causan.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi) acaba de dar a conocer que la inflación de precios, medida a través del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), aumentó a 4.98% durante junio, lo cual se debió a que la inflación subyacente fue de 4.13%, mientras que la no subyacente repuntó hasta 7.67%. De esta manera, la inflación general en México alcanzo su mayor nivel desde junio de 2023.
Hay diversas fuerzas que provocan que no solo la inflación se mantenga elevada, sino que ésta ya haya acumulado cuatro meses consecutivos aumentando. A continuación, explicaré cada una de estas fuerzas: elevado crecimiento de la base monetaria, un gran déficit fiscal, problemas por sequía y precios internacionales de los alimentos, así como otros factores.
Crecimiento de la base monetaria
La base monetaria está conformada por los billetes y monedas en circulación, así como por los depósitos bancarios en cuenta corriente en el Banco de México. Hace unos días ésta llegó a un saldo de 3.03 billones de pesos, lo que implica una variación anual de 12.9%. Este aumento excesivo se da en un contexto en el que la economía nacional creció a una tasa anual de apenas 2.0% en los primeros cuatro meses de 2024.
Las razones por las cuales ha aumentado tanto la base monetaria son de diversa índole. En abril de este año, en una comparecencia en el Senado, la Gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja dijo que el aumento se debe a que como México lleva tiempo con la tasa de interés más alta de la historia, esto incentivo los ahorros de la población y funcionó para acelerar también la demanda de billetes. También habló de que los hábitos de las personas en cuanto a tenencia de dinero cambiaron después de la pandemia de Covid-19.
En lo personal, no me parece que estas sean las razones de fondo por las cuales haya una tasa de aumento de la base monetaria seis veces más grande que el crecimiento de la economía real. Por una parte resulta evidente que este crecimiento está reflejando el impacto del histórico ingreso de remesas que se ha presentado desde el 2020 y que ha rebasado el proceso de esterilización monetaria por parte del banco central. De acuerdo con el Banco de México de junio del 2023 a mayo del 2024, el flujo acumulado de los ingresos por remesas se situó en 63,794 millones de dólares, lo que implica algo así como 1.093 billones de pesos, dinero que no ha sido debidamente esterilizado.
Por otra parte, pues tenemos el crecimiento de la economía informal, la cual incide en el uso de efectivo por definición. De acuerdo con el INEGI, durante el cuarto trimestre de 2023, el PIB de la economía informal alcanzó 6.05 billones de pesos a precios de 2018, lo que representó un avance real de 4.1 % a tasa anual. Esto implica que la economía informal genera casi una cuarta parte del PIB de México, y pues su crecimiento sin duda genera una mayor demanda de dinero en efectivo.
Finalmente, otra razón que incide en la mayor demanda de dinero es la enorme cantidad de recursos que se dan a la población en la forma de pensiones y ayudas del gobierno. De acuerdo con el CIEP, en 2024, el Congreso aprobó un presupuesto de 1.99 billones de pesos para pagar pensiones contributivas y no contributivas. Esto representa el 27.3% de los ingresos totales del gobierno, el 22% del gasto neto total y el 5.8% del PIB. Para ponerlo en perspectiva, el gasto en pensiones sería el doble de lo que se destina al sistema de salud universal. Es bien sabido que mucha gente que recibe pensión, acude al cajero automático a retirar el saldo total en su tarjeta de débito, cada que cae el depósito.
Déficit fiscal
La segunda causa de la elevada inflación que sufrimos en un tema recurrente en mi blog y se refiere al enorme déficit fiscal que estamos registrando en 2024, que suma casi 2 billones de pesos y representa el 5.9% del PIB, lo que constituye el desequilibrio fiscal más alto desde 1988.
El que haya dos billones de pesos adicionales de gasto público, en el contexto actual de casi pleno empleo con una tasa de desocupación que se encuentra en sus niveles más bajos desde que se tiene registro (promedio de 2.56% en los primeros cinco meses de 2024), pues se traduce en mayores presiones para los precios.
Otro punto que se debe destacar es que existe la intención de la futura presidenta, Claudia Sheinbaum, de bajar el déficit fiscal a 3.5% del PIB, pero como lo expuse la semana pasada eso es prácticamente imposible sin una reforma fiscal.
Si se pone una meta de que el déficit fiscal sea de 1.2 billones de pesos en 2025, en un contexto de mayor gasto social en ese año, eso implica que ni recortando toda la inversión física por parte del gobierno federal (lo cual sería lo peor que pueden hacer) se lograría dicha meta de déficit fiscal. Simplemente no hay manera, lo que significa que las presiones inflacionarias ocasionadas por el gasto público del propio gobierno seguirán presentes en al menos lo que resta de este año y el que viene.
Sequía y precios internacionales de los alimentos
Los problemas inflacionarios causados por la sequía y el cambio climático no son exclusivos de México. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la inflación puede registrar un incremento de 1.5 puntos porcentuales, impactada por los efectos de la sequía.
El pasado mes de abril, el FMI publicó que, basándose en un análisis empírico sobre una muestra de 179 países, “una crisis de sequía da lugar a un aumento inmediato de la inflación general por encima de su nivel inicial que se prolonga en el largo plazo”. Este tema inclusive debería motivar a las autoridades a invertir en infraestructura hidráulica, ya que existen evidentes riesgos para la inflación asociados con la escasez del agua y las afectaciones climáticas.
El impacto en México de este problema en México es más que claro, la inflación interanual de los productos agropecuarios fue de 8.44% en mayo y de 10.36% en junio. Es altamente probable que se mantendrá en niveles elevados en lo que resta del año, lo que es un severo riesgo para las expectativas inflacionarias optimistas de los analistas de la torre de marfil y para las del Banco de México.
Otros factores
Desde luego que existen otros factores que también inciden en la elevada inflación en México, tales como los elevados costos financieros que enfrentan las empresas, producto de que las tasas de interés se han mantenido elevadas (por encima del 10%) desde noviembre de 2022. De igual forma, la delincuencia e inseguridad provocan costos adicionales para los negocios, impiden que las mercancías lleguen a ciertos lugares y ocasiona toda clase de problemas logísticos, todo lo que se traduce en más inflación.
Dentro de esta categoría de “otros” también cabe la inflación importada y tiene que ver con algunos productos importados que han aumentado de precio y eso pues se repercute directamente en el consumidor. En este punto vale la pena destacar que hasta ahora en tipo de cambio no ha sido un factor que contamine la inflación, y por el contrario, es un factor que ha ayudado a que la inflación no sea más alta. Pero si el tipo de cambo sufre algún ajuste abrupto que provoque que esté se coloque por arriba de los 18.50 pesos por un tiempo prolongado, podríamos ver que si habrá ajustes de precios al alza por este motivo.
También en este grupo de “otros factores” está el alza a las gasolinas y el diésel, ya que en buena parte del territorio nacional el litro de gasolina Magna supera los 24 pesos, el de la Premium ronda los 25.80 pesos, mientras que el de diésel se vende cerca de los 25.70 pesos. Estos incrementos también erosionan el poder adquisitivo de las familias y representan mayores costos de producción para todo tipo de empresas.
Conclusiones
Es claro que hay múltiples fuerzas que provocan que no sólo la inflación se mantenga elevada, sino que inclusive vaya en aumento. Hasta ahora la elevada tasa de interés ha sido poco efectiva en la lucha contra la inflación y todo indica que así seguirán las cosas. Sin embargo, y contrario a lo que la mayoría de los mexicanos deseamos, esto no significa que el Banco de México deba bajar su tasa de interés en este momento, ya que eso sería un duro golpe a su credibilidad y haría que las expectativas inflacionarias se eleven. Hay que recordar que buena parte de la inflación ocurre en función de las expectativas, de manera que si todos pensamos y actuamos en función de que la inflación será del 10%, pues la inflación efectivamente será del 10%. Por eso es importante que el Banxico mantenga una posición firme en su lucha contra la inflación. Habrá que ver qué sucede en la próxima reunión de su Junta de Gobierno del mes de agosto, ya que en la pasada decisión de junio, la decisión de mantener la tasa objetivo sin cambios en 11.00% fue por decisión de 4 a 1. Veremos cómo se va dando el debate y las expectativas.
Son tiempos de mucha incertidumbre y necesitamos estar informados.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
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